Como limpiar un oso de peluche gigante en seco

Imagina esto: un oso de peluche gigante, tan suave, tan acogedor, pero su aspecto empieza a decaer. El polvo, las manchas de las aventuras de los niños… Y tú te preguntas, ¿cómo lo limpias sin arruinarlo? Bueno, es todo un arte, amigo.

Primero, prepárate para un pequeño truco: la limpieza en seco. No, no es magia, pero casi. Lo que necesitas es una mezcla de bicarbonato de sodio y un toque de sal. ¿Por qué esto funciona? Porque son absorbentes, y son capaces de atrapar esa suciedad que no quieres ver. Pero espera, que la parte intrigante viene ahora.

Con un colador o tamiz, espolvorea la mezcla por todo el cuerpo del oso, asegurándote de que cubra bien todas las zonas. No tengas miedo de dejarlo reposar un buen rato. ¿Cuánto? Pues depende de cuán travieso esté el peluche, pero entre 15 a 30 minutos es una buena referencia. Durante ese tiempo, la magia ocurrirá y comenzará a absorber lo que no queremos.

Cuando llegue el momento de “despertarlo”, utiliza una aspiradora de mano. Pero aquí hay un truco: ponle una malla o una tela fina al extremo de la aspiradora, de esa forma evitarás que el peluche se enganche o que el aspirado sea demasiado agresivo. Suavemente pasa la aspiradora por todo su cuerpo, y verás cómo empieza a revivir, a quitarse ese polvo acumulado.

Aún te queda un paso… Si el oso tiene algunas manchas que no se van con el bicarbonato, busca un limpiador en seco (de esos en aerosol, no de los líquidos) y rocía de manera uniforme. Siempre a unos centímetros de distancia para no empaparlo. Deja que actúe unos minutos, y luego, con un paño limpio, pásalo suavemente. Los resultados te dejarán con la boca abierta.

Y cuando todo termine, tu gigante peluche quedará como nuevo, sin mojarse, sin sufrir, pero con esa frescura renovada que hará que te sientas orgulloso de lo que has logrado. ¿Intrigante, verdad?